Fuga de talentos: el fracaso de España.

La crisis se esta llevando por delante todo, también los programas de investigación y desarrollo, un bien al que todos los países desarrollados aspiran. Pero es que España es diferente. Se ha hablado mucho de potenciar la I + D + I (Investigación, Desarrollo e Innovación) y lo se ha hecho ha sido una de cal y otra de arena.

 

El anterior gobierno de Zapatero creo un programa llamado “Renta Universidad” que consistía en una especie de “ayuda” para que los titulados superiores realicen estudios superiores de postgrado, los llamados Másters Oficiales, algo completamente diferente a los Máster (de pacotillas) que inundan Internet, siendo la principal diferencia entre los oficiales y los no oficiales, aparte de su oficialidad, que los masters oficiales te preparan para realizar la tesis doctoral, es decir, equivalen al antiguo DEA (Diploma de Estudios Avanzados).

 

Dicho esto, cabria pensar que dada la potenciación del este nivel formativo, hubiera muchas empresas, y no digamos administraciones publicas, que se preocupasen de buscar a estas personas con un alto grado de cualificación para desempeñar funciones en relación a su conocimiento adquirido. Pero no, para nada, las administraciones publicas siguen con su “concurso oposición” de las narices. Como todos sabemos el concurso oposición consiste en realizar un examen que toma como contenidos mayoritariamente temas relacionados con la Constitución Española y, según el caso, estatutos de esto aquello o lo otro. Es decir, todo reglamento de la burocracia administrativa de los diferentes estamentos de la administración publica.

 

Me pregunto yo, ¿por que un psicólogo, un abogado o un economista o cualquier otro titulado superior tiene que estudiar los temas de organización administrativa del estado o las administraciones públicas? Prepararse una oposición y conseguir la preciada plaza a veces supone más tiempo de estudio y dedicación que el estudio de la propia carrera. Además, la temática de estos exámenes esta completamente alejada de las funciones que el futuro trabajador va a desempeñar. Si, ya se, que hay temas específicos que están condicionados por que uno sea abogado, psicólogo o economista, pero no olvidéis que si no se supera una primera prueba, no se pasa a la segunda. Por tanto, seas lo que sea, te tocara estudiar la Constitución, los estatutos de…, o el régimen administrativo de lo que sea.

 

Como técnico de recursos humanos puedo afirmar que esto es lo mismo que examinar a un jardinero de la constitución (como ya se hace) y no preguntarle que es una tijera de podar. ¿Será por que se supone que lo sabe?

 

Dicho esto, la entrada en las administraciones publicas esta regida por un sistema de acceso que no garantiza en ninguna media que la persona sea la más adecuada para desempeñar sus funciones. Por tanto, un sistema de “selección de personal” como este equivale a seleccionar personal mediante una partida de dados, el que gane, se queda la plaza.

 

Las administraciones públicas no realizan los típicos procesos de selección de personal que justificarían una selección responsable, basada en un criterio de adecuación a un desempeño. Las administraciones públicas se preocupan de crear unos exámenes sin contenidos ceñidos a un texto, solo bloques de contenidos genéricos, y que no dependen del razonamiento, solo de la memoria, la suerte, o la corrupción que impera en la mayoría de estos procesos de selección.

 

España es especial, y Extremadura no lo es menos. En Extremadura, algunos licenciados dan clases a doctorandos en materias propias de su ámbito. Hace algún tiempo una persona me comentaba que como trabajo final de un máster (de pacotillas) organizado por una reconocida formación sindical, tenían que realizar un trabajo de investigación. Pues bien, la persona responsable de la dirección y valoración de este trabajo, no tenia ni idea de cómo se redactaba un informe de investigación, que chulo, ehhh¡¡ Ademas de todo esto, parece que no tenemos trabajo por que no lo sabemos buscarlo, motivo por el cual nos envian a un orientador laboral.

 

Pues bien, aquí tienen ustedes el por que los mejor formados abandonan este país, que pena que se me den tal mal los idiomas.