Tras el cara a cara entre Rubalcaba y Rajoy.

 
Hace poco ha terminado el debate televisado entre Rubalcaba y Rajoy, candidatos a la presidencia del gobierno de España, y la pregunta es: ¿se puede sacar alguna conclusión de los buenos o malos presidentes que pueden ser?
 
Lo primero quizás sea preguntarse, ¿en que medida se puede esperar obtener una respuesta de un debate como este (o de la clase que sea)?
 
Un debate televisivo entre políticos es poco más o poco menos que un Reality. Los políticos en televisión no hablan de los verdaderos problemas, o de las verdaderas estrategias para solucionar los problemas del país. Y no lo hacen por un motivo obvio. La inmensa mayoría de las personas no se enterarían de nada y se aburrirían, y claro, eso es lo que no quieren los políticos.
 
          Así que se dedican a explorar los “cuatro puntitos de interés” de la opinión publica, y luego hacen una presentación para “niños”, como cuando quieres que el “pequeñin” de la casa se coma la sopita, y simulas que la cucharilla es un avión.
 
          El público en general se reitera en su interés por conocer, por informarse, por decidir, pero en realidad no hay cabida para tal cosa. Todo el mundo ve muy claro que si el medico dice que tu familiar hospitalizado necesita una intervención quirúrgica, hay que hacerla por que lo dice el medico. No obstante en política, todo el mundo es experto. Todo el mundo cree tener las soluciones, y eso ocurre por que los debates televisivos como el de esta noche tratan de hacer un diagnostico como cuando un medico dice que una arteria es como una tubería de agua o que un nervio es como un cable eléctrico.
 
          La cuestión para mí sobre el futuro de España es tan enigmática antes del debate como ahora, nada ha cambiado. En términos generales parece que según todos los medios de comunicación, unos con más diferencias, otros con menos, pero todos coinciden en que ha ganado Rajoy. Solo queda pensar en que hizo el gobierno del señor Rajoy cuando estuvo en el poder, y que ha hecho el gobierno del que ha formado parte el señor Rubalcaba. Creo que solo la respuesta a esa pregunta puede ser un indicador de “voto inteligente”, más allá de pasiones, posturas o afiliación.
 
          Básicamente ninguno de los dos candidatos ha dicho nada que no supiéramos, o que ya hubieran dicho antes. No han agregado nada nuevo. En un transcurso normal de un debate, nunca se producirán cambios en la intención del voto. El cambio de la intención de voto se puede producir únicamente ante circunstancias más bien extremas. Un fallo de bulto de uno de los candidatos, como una falta de respeto, un mal gesto o su mala interpretación, una frase o palabra mal elegida, etc. Cualquier cosa de estas puede ser un desencadenante del cambio en el sentido del voto, pero solo seria un cambio, en la mayoría de los casos, leve. Con mucha cercanía en intención de voto, podría haber cambios, pero con la diferencia que se aprecia, creo que es insalvable.
 
          Por mi parte, solo me queda pedir el voto inteligente, así que piensa, sin pasión, sin emoción, sin afiliación, sin prejuicios ni ambiciones. Cuando lo hayas hecho, vota.