Recordando a un genio: Alan Turing.

Probablemente muchos lectores de mi sufrido blog se pregunten quien fue Alan Turing. Pues bien, para psicólogos e informáticos es un personaje igualmente significativo. Y se preguntaran, ¿por qué puede ser una persona significativa para dos ciencias tan diferentes como la psicología y la informática?

 

La cuestión es que con el surgimiento de los primeros modelos computacionales, donde precisamente destaca Alan Turing, se aclaro un importante dilema de la psicología científica. Quizás la psicología y la informática no sean tan diferentes como parecen, quizás sea diferente el objetivo de cada disciplina, pero quizás se interesen ambas por una misma entidad, la inteligencia.

 

En la década de 1930 la corriente psicológica puramente científica iniciada por Watson en Estados Unidos denominada conductismo entraba en decadencia. El conductismo supuso para la psicología la desconexión de las posturas filosóficas y una conexión con la neurofisiología, con los trabajos del fisiólogo ruso Ivan Pavlov.

 

Pero aunque el conductismo fue la primera forma de hacer de la psicología una verdadera ciencia, alejándose de los planteamientos pseudocientíficos de la corriente mentalista, el conductismo no estaba exento de problemas. Problemas que por otro lado se hicieron más acusados por las afirmaciones extremas de uno de sus mayores representantes, como fue B. F. Skinner. Para Skinner, todo el aprendizaje y todas las conductas complejas, como la verbal, podían ser reducida a una cadena de reforzadores y recompensas. Sus afirmaciones eran tan extremas, que dentro del propio conductismo, el modelo skinneriano se denomino conductismo radical.

 

Pero a pesar de toda la cientificidad que el conductismo aporto a la psicología, el conductismo también tenia problemas serios, uno de esos problemas era que no entraba dentro de su propio concepto definitorio de estudio, que aspectos como las emociones, la inteligencia, la memoria, y otros atributos netamente humanos y reconocidos por todos, no podían ser objeto de estudio bajo la perspectiva conductista. El problema era que conceptos como la memoria o la inteligencia no eran objetivamente cuantificables.

 

Con este panorama en el mundo de la psicología apareció Alan Turing y sus trabajos sobre computación numérica. De sus trabajos, y otros desarrollados en el seno de la ingeniería y la aparición de modelos teóricos como la teoría de general de sistemas, la teoría de la información, etc.; llego la solución al problema del estudio de constructos no observables como la inteligencia o la memoria. Y es que ya por entonces se empezó ha hablar de memoria como una capacidad cuantificable objetivamente, o de la capacidad que un determinado canal tenia para transmitir información estaba limitada por una serie de propiedades. Así, si los ordenadores pueden tener una determinada capacidad de almacenamiento de información, la memoria ya deja de ser un concepto no objetivable o no cuantificable.

 

Alan Turing.

 

Esta conclusión, tan simple, tan sencilla, hizo que la memoria “por citar un ejemplo” pasase a ser terreno de la ciencia, y no de la seudociencia, la especulación o la filosofía, como tradicionalmente había sostenido el conductismo. Con el “nacimiento de las maquinas pensantes”, su conceptualización hizo que temas que habitualmente se habían escapado a la psicología netamente científica, pasasen a ser objeto de la psicología, eso si, con unos nuevos procedimientos y técnicas metodológicas de investigación, donde, las viejas técnicas ancladas en la corriente mentalista, como la introspección, quedaron relegadas al olvido.

 

Así pues, desde mi blog quiero rendir homenaje a un personaje como pocos, a un hombre que probablemente si fuera nuestro vecino, diríamos: “ese es Alan, el rarito del barrio”. Alan Turing 1912 – 1954.

 

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