Bancarrota: definitivamente, lo bueno se acabó.

 

No somos pocos los que nos quejamos de la actual situación económica, y de las consecuencias que esta traerá consigo.

Mis últimas tomas de contacto con el mundo de la economía, me han llevado a tener una comprensión de que la economía es una cuestión de ciclos. Si, esto ya lo sabia, pero no lo había comprendido en la profundidad que hoy lo comprendo.

En palabras simples, cuando en tiempos ancestrales el hombre se movía de una zona geográfica a otra por que los cambios estacionales propiciaban unas mejores condiciones de vida, lo que hacia de alguna manera era aprovecharse de unas mejores condiciones para la supervivencia, cambio del ciclo “económico” entre humanos y naturaleza.

En verano podían se mejores las tierras elevadas, mientras que en invierno podían ser mejores las tierras bajas. Sea como fuere, lo que se lograba era tener un acceso más fácil a unos recursos. Esto del acceso a los recursos en las sociedades desarrolladas, se denomina como “tener dinero”. No olvidemos que el dinero, de por si, no sirve para nada, el dinero representa a algo que si es útil. El dinero nos resulta útil cuando compramos alimentos, vestimenta, medicamentos, etc.; si no compramos nada, no nos podemos comer los billetes, y mucho menos las monedas.

Por tanto el dinero representa a bienes reales, cuando no representa a bienes reales, hablamos de especulación. Pues bien, hemos vivido un momento económico donde la riqueza estaba en el ladrillo, de la misma forma que se viven unas estaciones donde es mejor vivir en tierras altas que en tierras bajas. Pero cuando la situación cambió, y se hizo invierno, habíamos sobrevalorado tanto el ladrillo con movimientos especulativos, que no teníamos recursos para ir a las tierras bajas. Así llegamos a donde estamos.

En 2006 lo tacharon de "loco"

 

No supimos reconocer el momento en que el modelo económico con el que nos iba tan bien, se acababa. Lo que es más, lo sostuvimos con movimientos especulativos, es decir, como nos había ido tan bien a tantos, decías que seguiría en alza, y todos estaban dispuestos a creerte, así mantuvimos años después de que el ladrillo se agotase, una orgia con lo que de él sacamos.

El problema fue no solo que la estación cambiaba, (o modelo económico del ladrillo), el problema es que nos quedamos, pensando que aunque las temperaturas habían bajado un poco, y el pasado año ocurrió igual (crack de 1929), esta vez no ocurriría, por que ahora las circunstancias son diferentes. Se quería creer una ilusión, por que aquel verano en la montaña había sido extraordinario, así que nos quedamos en la montaña, pero llego el invierno, y muchos no fuimos capaces de llegar a las tierras bajas. Otros llegaron tras muchas penurias, y solo los más precavidos, o les acompaño la suerte, por que algo les obligo a ir a las tierras bajas, no sufrieron las bajas temperaturas y la nieve de la montaña.

Y la pregunta es, ¿que falló en todo esto?, ¿pudimos evitarlo?

La evidencia de la situación económica es tan sencilla, y lo que dicen los políticos y sindicatos es tan diferente, que parece que no estoy hablando de los problemas de la España de hoy.

La cuestión es que los economistas sabían que esto ocurriría, los políticos también, pero sencillamente, si un político hubiera dicho que había que parar con el ladrillo por que estaba llegando a su fin, hubiera perdido las elecciones o lo hubieran echado del poder. Por otro lado las operaciones financieras buscan la rentabilidad a corto plazo, eso hacia que los inversores se despreocupasen de las consecuencias que podía tener para la cadena económica. Cada inversor se preocupa de su inversión, y los organismos de control se preocupan de que las operaciones sean seguras para el sistema económico. Solo que el control falla cuando la euforia impera en los mercados. Sencillamente nadie se atreve a parar las inversiones cuando están proporcionando grandes beneficios, aunque este beneficio sea especulativo. Y no es solo que no se atrevan, es que en la practica no lo conseguirían, por que sencillamente, los inversores atacarían ese intento de cambio y lo eliminarían.

Así el modelo de ciclos económicos se ve como algo inevitable, como la llegada del invierno, solo queda saber cuando va a llegar y estar preparado para cuando llegue, por que llegar, llegará.

España en este momento, y continuando con la analogía, está apunto de pasar su primera Navidad en la montaña, y esto tendrá consecuencias muy graves, estamos muertos de frío, de hambre, y hasta llegar a las tierras bajas nos quedan muchos días de camino entre las fuertes nevadas y las ventiscas.

Una clase de economía:

El economista que predijo la crisis en 2006.

Como conclusión final, la crisis era inevitable, pero el despilfarro la agravó.