RESUMEN


Llevar una relación de pareja basada en la monotonía, la rutina y la falta de comunicación, puede lograr que una de las dos partes se sienta carente de afecto y busque saciar necesidades emocionales y sexuales con un tercero. La idea es darse cuenta a tiempo y tener la capacidad de ver al otro como un ser real e imperfecto y no como una idealización de lo que soñamos.

ARTÍCULO: Infidelidad, síntoma, no enfermedad.


   La infidelidad “siempre tiene una causa” y esta acción no es la enfermedad de la relación, sino un síntoma que afecta a ésta. La culpa casi siempre es de ambos, aunque hay ocasiones en que uno de los dos puede tener cierto desorden psicológico que le provoque ser infiel independiente del comportamiento de su pareja.

   Ambos géneros manifiestan por igual la infidelidad y que el hecho de llegar a engañar a la pareja, es signo de que algo no funcionó bien dentro de la convivencia diaria. Uno ha hecho o dejado de hacer algo que permitió que las necesidades del otro no fueran satisfechas. Algo faltó que se tuvo que buscar afuera”.

 

El amor: una base fuerte que necesitamos

   Dicen que el perdón no es olvido. Sin embargo, los especialistas afirman que lo fundamental tras una infidelidad es tener la fuerte convicción de que se puede volver a empezar, siempre sobre la base del amor. Incluso, mencionan que luego de dar una segunda oportunidad, la pareja se vuelve mucho más sólida, más fuerte y poderosa que la anterior.

   Después del perdón hay que asumir ciertas cosas que quizás por el hecho de no haberlas tenido en cuenta antes, se produjo este síntoma. Hay que tener conciencia de que uno está casado con un ser imperfecto, y una de las principales tareas es estar “siempre cuidando al otro en ciertas áreas, como por ejemplo, la sexual”.

   La idea, es atender las expectativas del compañero y en los casos de engaño, el perdón no debe implicar olvido y el dolor debe cesar con el tiempo. En este sentido, el terapeuta afirma que perdonar tiene que ver con una decisión en donde no puede haber cobro de sentimientos o “sacar en cara la situación”, no debe impedir que el crecimiento de la relación y por supuesto, permitir la posibilidad de una segunda oportunidad.

   Para una buena terapia de pareja, negociar es ya dar un paso adelante y que incluso es algo que se agradece en la pareja. Volver a pararse, es algo que para la asistente social es “mucho más enriquecedor y generoso” y que el hecho de poner exigencias es algo que hoy es bien recibido. Así, expresar por ejemplo las ansias de pasar más tiempo juntos, más preocupación, mayor participación económica, entre otros, son algunas de las recomendaciones.

   Es imprescindible que una pareja que haya caído en un engaño y que tenga la intención de salir juntos adelante, pida ayuda a profesionales entendidos en este tipo de casos, pues ese terapeuta será un guía, alguien que tendrá la capacidad y la experiencia de ver desde afuera el conflicto y ayudar a subsanarlo, por supuesto, con el protagonismo de la pareja.

 


REFERENCIAS

Ricardo Cariaga // www.vivirenpareja.cl

 

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